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2 de abril de 2011
el dia del arquero
Chicago levantó su imagen, metió, jugó y contó con varias situaciones de gol, algunas mal definidas, en otras se encontró con una muralla llamada Llinás, a esta altura del torneo, un arquero “gana partidos” sintesis Nueva Chicago: Daniel Monllor; Matías Escudero, Ariel Coronel, Luciano Precone (PT ‘18 Adrián Scifo), Leandro Testa; Pablo Ruiz, Roberto Bochi; Rodrigo Pepe (ST ’44 Rubén Ferrer), Agustín Domenez (ST ‘21 David Rodríguez); Eduardo Berón y Leonardo Carboni. DT: Mario Finarolli. Suplentes: Agustín Gómez, Darío Arias, Damián Luna y Ezequiel Petrovelli. Atlanta: Rodrigo Llinás; Lucas Mancinelli, Matías Valdez, Nicolás Cherro, Juan Segovia; Leandro Guzmán (ST 17 Martín Palisi), Juan Galeano (ST ‘22 Gastón Lolli), Maximiliano Pogonza, Emiliano Ferragut; Andrés Soriano y Abel Soriano (ST ’40 Diego Bielkiewicz). DT: Javier Alonso. Suplentes: Lucas Abud, Daniel Carou, Lucas Sparapani y Oscar Acuña. Gol: PT ‘31 Mancinelli (A). Amonestados: Coronel y Testa (CH); Segovia, Galeano, Pogonza, Ferragut, Andrés Soriano y Palisi (A). Expulsados: en el entretiempo Mario Finarolli (DT CH) por entrada demorada del equipo y ST ’25 Abud (A) en el banco de suplentes Árbitro: Nicolás Lamolina Asistente Nº1 Juan Galeano, Asistente Nº2 Diego Barón Comentario “Si bien no me voy contento, tampoco amargado. Hicimos todo lo posible ante el mejor equipo del campeonato, los jugadores mostraron una gran actitud, creamos muchas situaciones de gol que erramos”. Quizás sea esta frase de Mario Finarolli una síntesis clara de lo que sucedió. Solo un equipo fue a buscar el partido, Chicago. Tal vez obligado por su condición de local y la ubicación lejana en la tabla. Esa distancia que tiene Atlanta sobre el resto, lo hizo un equipo timorato. Se aferró al empate que tuvo un responsable directo: Rodrigo Llinás y otro al que le va a costar olvidar este encuentro: Eduardo Berón. Los primeros veinte minutos fueron de estudio, la pelota transitaba por el medio y no legaba a las áreas, luego una clara con Escudero que el uno visitante mandó al corner. La respuesta fue a través de un tiro libre de Guzmán. No decía nada el partido pero Atlanta, a lo largo de la temporada, mostró que es un equipo con gol y no solo por los mellizos (hoy ausentes sin aviso, gran partido de Coronel y Escudero) sino los que llegan lo hacen con decisión, como el caso de Mancinelli, quien le ganó a Domenez y cruzó el remate fuerte y alto lejos de Monllor. Pudo empatar Ruiz con un remate externo que se fue cerca y con otro cabezazo de Escudero que volvió a encontrarse con Llinás. En el complemento Chicago salió con tres bien definidos adelante: Carboni por el medio (no le quedó ninguna), Ruiz por derecha (ganó varias veces y metió centros interesantes) y Berón (10 puntos para generar las situaciones, la vista nublada a la hora de definir) por la izquierda Coronel, Ruiz, Pepe, Domenez los nombres de las jugadas que debían ser gol y no fueron, aunque no pueden compararse con las tres de Berón. En la primera, tras centro del “Mudo”, entró por atrás de todos y en el área chica cabeceó recto afuera cuando lo ideal era cruzarla a contrapierna del arquero. En la siguiente volvió a ganar en la cancha de arriba, su cabezazo encontró oposición en Llinás y la pelota quedó muerta a centímetros de la línea sin que nadie la pudiera empujar. Aunque, sin dudas, la más difícil de explicar es la tercera, entrando solo, con el arquero adelante, definió mal, pifiada y la pelota se fue ancha junto al palo izquierdo. Del otro lado un cabezazo de Andrés y en el final otro remate de Mancinelli como para demostrar que enfrente estaba el puntero, que ganó por la falta de puntería de sus rivales y porque estaba en el “día del arquero”. Chicago mostró una vez más esa carencia que lo acompañó durante el año, la falta de gol que lo privó de un triunfo merecido. El fútbol no se lleva de merecimientos, por eso Chicago no sumó y está metido en una gran pelea que se llama octogonal Julio Cordara