REFLEXION

Hoy, cuando el dolor y la tristeza se profundizan, no hay tiempo para analizar los por qué. Hay dolor y tristeza, con eso basta.
Pero en esta catarsis en forma de palabras escritas no puedo alejarme de aquellos conceptos que vertía mientras veía llegar este momento.
Es premio para algunos que tuvieron una enorme capacidad para mantenerse durante mucho tiempo apuntando a un mismo horizonte. Es castigo para aquel que tuvo todo, hasta una enorme incapacidad dirigencial.
Casi una década atrás Chicago llegaba a Primera División. Ese fue el momento del despegue, del inicio de un proceso que hoy, aunque en menor calidad, se sigue alimentando. Se le dio una mayor importancia a las divisiones inferiores. Se inauguró la cancha en el Polideportivo y dejamos de ir de prestado. Los socios y los hinchas tuvieron un lugar para ver el crecimiento de las futuras promesas.
Por esa misma época otras instituciones se caían a pedazos. Miraban con celos el lugar que ocupaba Chicago, el crecimiento constante que tenía.
No se quedaron en el odio. Surgieron desde sus entrañas personas con amor al club, con aportes que no solo fue de dinero, sino de capacidad, de organización, con propuestas y proyectos. Espiaban de reojo al que tenía éxito, no con odio, no con rencor, miraban cuál había sido la estrategia.
Después de tres años en Primera nos toca descender, pero ya habíamos conseguido armar la cadena formativa de jugadores, más tarde o más temprano íbamos a volver, el por qué estaba en nuestros jugadores de inferiores que daban su salto de calidad.
Mientras tanto, perdido en la "B" Metropolitana uno fue limpiando sus miserias internas, puso ladrillo sobre ladrillo hasta completar una coqueta cancha. Mientras iba amasando una idea en el fútbol
El otro también sumaba cemento. Le daba una importancia que nunca había tenido a su semillero. Mejoró la cancha existente, construyó otras y se propuso un proyecto juvenil.
La Diosa Fortuna nos volvió a tocar y esa vez nos dijeron de ustedes depende quedarse para siempre, cuentan con chicos propios con una enorme capacidad (Vega, Sigali, Sánchez, Carranza, Simón por solo nombrar algunos), Pellerano ya era del club y habíamos adoptado a Mattiuzzo, a Higuaín... Mientras que más chicos empujaban desde abajo.
¿Qué significa? Que faltaban muy pocas piezas y me llegan a la cabeza esas frases de aquel plateísta que quería a Chicago y decía siempre que en este "club de minguitos" había que saber contratar, con cuatro o cinco refuerzos de jerarquía más los jugadores propios, era imposible no tener éxito.
Pero allá por mayo del 2006 fue el más "minguito" en el "club de minguitos" y lo que hizo fue un desastre en incorporaciones que desmantelaron el capital y nos hundieron en lo deportivo.
Mientras tanto nuestros vecinos porteños mantenían la base, subían al Nacional, pelearon el primer año y al siguiente mejoraron la calidad de su plantel. El premio el ascenso a la "A".
El otro, desangrado en sus luchas internas, hace cinco temporadas que tiene al mismo conductor. Ascendieron, descendieron por la quita de puntos y siempre fueron ampliando la base de jugadores aportándoles de mayor jerarquía. El premio el ascenso al Nacional "B".
Mas allá del dolor y de la rivalidad felicitaciones a para All Boys y Almirante Brown.
Así como nosotros no paramos de crecer en la primera mitad de la década hoy ellos tienen sus dirigentes que le dieron lo mejor de sí. Nosotros le dimos a Chicago “lo pidió la gente”, háganse cargo muchachos, ustedes que se golpearon el pecho, levantaban el puño y gritaban desafiante, nos hicieron retroceder 50 años en la historia y la reconstrucción, a pesar de buenas voluntades, nos llevará un tiempo.
Julio Cordara