Con su seriedad habitual que hasta provoca tomar cierta distancia si uno no lo conoce, allí estaba marcando el camino en la primera tanda de entrenamiento. Más aplomado, con una cierta experiencia acumulada que desafía a la edad del documento, Marcelo Barreña quiere ser profeta en su tierra.
Esa tierra que siendo muy joven lo vio jugando (y ganando) la final en Córdoba, cuyo premio fue la Primera División. Premio para el club, ya que él armó sus valijas y fue a parar a Rafaela, lo esperaba Ben Hur. Más tarde fue Olimpo y la temporada pasada Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Todos del Nacional “B”: “Estoy acá porque es Chicago, no jugaría en ningún otro club en la B Metropolitana, vengo para ayudar a recuperar la categoría con Chicago”.
Le cuesta sonreír, más allá que diga y lo sienta que está feliz, con expectativas de lo que pueda pasar. Tal vez el hecho de que todos lo hicieron sentir importante, que los técnicos hayan hablado y contado su idea futbolística, que los dirigentes le dieran un valor que tal vez nunca le dieron en Chicago y que mucha gente lo sienta referente en un momento de mucha necesidad “seguro que te motiva la buena predisposición de todas partes, nunca me había pasado antes ya que siempre llegaba prestado a algún lado con enorme incertidumbre, eso me pone bien y tengo que adaptarme rápido para pelear por los objetivos planteados".
Tres años lejos del club le dieron cierta experiencia que quiere volcar en este duro torneo “la cantidad de partidos jugados me hicieron madurar como profesional y si bien soy chico (NdeR: tiene 22 años), me siento capacitado para afrontar responsabilidades dentro del plantel, bienvenida sea la experiencia que me dieron otros clubes para desarrollarla acá en Chicago”.
Un dato que no es menor y tuvo quizás su peso en la decisión de quedarse es que va a compartir el plantel con su hermano Juan “ojalá que él tenga su oportunidad y si nos toca jugar juntos va a ser un orgullo para mí".
Ahora era Juan, el más chico, el que se vino de su pueblo de La Pampa, siguiéndole los pasos, el que no oculta la felicidad doble: ser parte del plantel profesional y estar junto a su hermano, su referente “estoy muy contento por cómo se van dando las cosas, es muy grato estar en el plantel profesional y compartirlo con mi hermano”.
El “Pampa” seguro será referente, no solo de su hermano, sino de una esperanza donde para ser parte dejó de lado situaciones que tienen que ver con lo deportivo y con lo económico, en tiempos donde el mercantilismo suma adeptos, Marcelo Barreña, pensó en la camiseta y en el club que lo formó, para ayudar a salir del sitio donde está y por historia no corresponde.
Julio Cordara
Esa tierra que siendo muy joven lo vio jugando (y ganando) la final en Córdoba, cuyo premio fue la Primera División. Premio para el club, ya que él armó sus valijas y fue a parar a Rafaela, lo esperaba Ben Hur. Más tarde fue Olimpo y la temporada pasada Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Todos del Nacional “B”: “Estoy acá porque es Chicago, no jugaría en ningún otro club en la B Metropolitana, vengo para ayudar a recuperar la categoría con Chicago”.
Le cuesta sonreír, más allá que diga y lo sienta que está feliz, con expectativas de lo que pueda pasar. Tal vez el hecho de que todos lo hicieron sentir importante, que los técnicos hayan hablado y contado su idea futbolística, que los dirigentes le dieran un valor que tal vez nunca le dieron en Chicago y que mucha gente lo sienta referente en un momento de mucha necesidad “seguro que te motiva la buena predisposición de todas partes, nunca me había pasado antes ya que siempre llegaba prestado a algún lado con enorme incertidumbre, eso me pone bien y tengo que adaptarme rápido para pelear por los objetivos planteados".
Tres años lejos del club le dieron cierta experiencia que quiere volcar en este duro torneo “la cantidad de partidos jugados me hicieron madurar como profesional y si bien soy chico (NdeR: tiene 22 años), me siento capacitado para afrontar responsabilidades dentro del plantel, bienvenida sea la experiencia que me dieron otros clubes para desarrollarla acá en Chicago”.
Un dato que no es menor y tuvo quizás su peso en la decisión de quedarse es que va a compartir el plantel con su hermano Juan “ojalá que él tenga su oportunidad y si nos toca jugar juntos va a ser un orgullo para mí".
Ahora era Juan, el más chico, el que se vino de su pueblo de La Pampa, siguiéndole los pasos, el que no oculta la felicidad doble: ser parte del plantel profesional y estar junto a su hermano, su referente “estoy muy contento por cómo se van dando las cosas, es muy grato estar en el plantel profesional y compartirlo con mi hermano”.
El “Pampa” seguro será referente, no solo de su hermano, sino de una esperanza donde para ser parte dejó de lado situaciones que tienen que ver con lo deportivo y con lo económico, en tiempos donde el mercantilismo suma adeptos, Marcelo Barreña, pensó en la camiseta y en el club que lo formó, para ayudar a salir del sitio donde está y por historia no corresponde.
Julio Cordara
No hay comentarios:
Publicar un comentario