La declaración pertenece a Pablo Caruso, el vicepresidente primero de Nueva Chicago, luego de que un grupo de personas amenace a su familia en el domicilio de sus padres.
Durante el desarrollo de la noche de ayer había un rumor que indicaba una novedad negativa para la institución. Pasadas las 0.30, en el programa EL ASCENSO POR LA RED (AM 910), que conduce Gabriel Anello, fue entrevistado Pablo Caruso, quien arrancó su expresión con "no estoy de ánimo, pero considero que son los mejores garantes para mi seguridad y de la gente que le ocurren este tipo de situaciones".
A continuación reproducimos la descripción realizada por el Vicepresidente primero del Torito durante la madrugada de hoy: "Estaba en mi casa, recién llegado del club. Tocan el timbre, eran mis padres, quienes se encontraban desesperados. Ahí me cuentan que en su domicilio particular, donde viven junto a mis 11 hermanos, preguntaron por mí y por mi hermano (Josemaría). Atendió el chiquito de 13 años, al que amenazaron, después lo repitieron con mi padre. A ellos les dijeron: 'Se pudrió todo, que ahora iban por las malas y que iban quemar mi casa`.
"Realmente es un accionar cobarde porque ellos saben que en el club estoy todos lo días. Esto no se puede soportar, me sacó de lugar, es el límite. El problema es evidente: quieren entradas, ropa, plata, hasta pidieron la concesión de la venta de gaseosas o de un cartel de publicidad. Mi dignidad no la negocio, antes de eso me voy. Estos muchachos no representan a Chicago, fijate que el pasado fin de semana hubo una fiesta con 600 personas, en un clima familiar".
"Hay cámaras de seguridad, hay patentes de dos autos y gente que los vio. Esto va a seguir hasta el final, yo no me voy a quedar quieto. Mi padre ya realizó la denuncia en la Comisaría. Ahora estoy esperando que se resuelva y que los responsables paguen por esto. En esta ocasión se la agarraron conmigo, no es nada personal. Es porque pertenezco a esta Comisión Directiva".
"No estoy de ánimo para continuar. Tengo que hablar con mis compañeros, pero mi idea es esa. Mi mamá se arrodilló delante mío y me pidió que renuncie. Uno está por la pasión que siente por Chicago, para que el club crezca, tenga otra imagen. Si se meten conmigo me lo banco, no con mi familia. Por un tiempo prudencial prefiero no acercarme a la institución".
"Tengo una intuición de que sector viene, pero me lo reservo porque hay una denuncia penal. En el momento que se sepa, no tendré problemas en decirlo. Chicago hoy es otra cosa, posee un ambiente familiar donde hay 1.000 chicos practicando actividades. Esta gente está afuera del club".
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