Para la mayoría de los hinchas que no tenemos apetencias electorales o no pertenecemos a "los que alientan del corazón", los imagino contentos con sus souvenir que nos llenó de vergüenza, estamos tristes. Sentimos una profunda desilusión porque estábamos convencidos que se nos podía dar el ascenso tan necesario como postergado.
Es quizá tiempo de hacer un balance, de analizar a lo largo de la temporada cómo fueron transcurriendo los hechos (en estos días se publicará todo lo que tiene que ver con los números), aquí pesará fundamentalmente las sensaciones.
Aquel inicio esperanzado con una derrota injusta frente a Tristán Suárez y luego , vaya a saberse por qué, no se pudo levantar cabeza, pasaron diez jornadas con magros resultados y un cambio forzado: Finarolli por Vega y Traverso.
Tres partidos con resultados dispares (empató con Almagro, le ganó a Brown y perdió con paliza frente a Atlanta), se enhebró una racha tremenda con 18 partidos sin perder, un record de triunfos consecutivos como visitante, etc, etc. etc.
Hasta que llegó la inoportuna derrota ante Almagro, de la que nunca se pudo recuperar. En el rducido le costó ser "el equipo", que por historia debía adjudicarse el derecho a la promoción. Se pasó con lo justo en la dos primeras instancias y se cayó por la desventaja deportiva ante Defensores. Eso dice la crónica de los hechos. El planteo no pareció ser el adecuado y tampoco hubo respuestas individuales o colectivas. Solo las ganas de Testa, el amor propio de Monllor, un Bochi contra el barro y otras actuaciones que quedaron en el olvido. No faltó entrega, coraje, ganas... no, para nada, de eso hubo y mucho. Faltaron ideas
Un factor preponderante y aquí solo saben los motivos los protagonisttas, los que vivieron el día a día, hubo demasiados lesionados con tiempos prolongaados de recuperación. Eso hizo que piezas fundamentales en el armado del plantel dejaran un hueco muy difícil de cubrir, por caso Cogrossi. Otro Domenez.
Por haber concurrido al 80 % de los entrenamientos pude ver lo mejor de Damián Luna, que muy lejos estuvo de plasmarlo en partidos oficiales. En su cienta de Twitter (¿así se escribe?) dijo "cumplí mi sueño de jugar en el equipo que ammo", los hinchas nos quedamos con ganas que ademas de usar la camiseta que ama, la defndiera con su juego. Más allá de sostener que fue muy golpeado. Su calidad daba para mucho más sin dudas.
Petrovelli (pagó con goles), Berón (oprtuna aparición en el final) y Bustos (una aspirina para una enfermedad terminal, cumplió un rol que nunca había hecho: carrilero, con mucha técnica pero sin sacrificio o ida y vuelta) fueron incorporaciones a mitad de temporada, no refuerzos.
Hay que barajar y dar de nuevo, determinando en cada naipe como sigue su historia con Nueva Chicago
Julio Cordara