15 de agosto de 2011

DE MENDIGO A MILLONARIO

Contundente en el resultado, preocupado en el juego, las dos caras de Chicago frente a Gral. Lamadrid. Actuaciones individuales para destacar (Castagno, Gómez, Alfaro) y otras para preocuparse. Es necesario mirarse hacia adentro, hay mucho camino por delante y un equipo que quiere (y debe) ser protagonista

SINTESIS
Gral. Lamadrid: Martín Zurlo; Mariano Timpanaro, Nicolás Pizarro y Manuel Ledesma; Lino Billordo (ST ’11 Sergio Kasburg), Fernando Smargiassi, Matías Veloso (ST ’18 Pablo Mannara) y Matías Giménez; Alberto Martínez; Gastón Viqueira (ST ’18 Gustavo Lanaro) y Leonardo Ramos. DT: Jorge Franzoni
Suplentes: Alejandro Granero, Hernán Luzzi, Javier Berges y Gonzalo Fernández Esquivel.
Nueva Chicago: Agustín Gómez; Leandro Testa, Ariel Coronel y Matías Escudero; Damián Castagno. Roberto Bochi, Damián Lemos y Lucas Banegas; Julio Serrano (ST ’31 Juan Vinaccia); Ezequiel Petrovelli (ST ’36 Jonathan Enríquez) y Cristian Alfaro (ST ’27 Leonardo Carboni). DT: Mario Finarolli
Suplentes: Rodrigo Drago; Emiliano Lago, Darío Arias y Eduardo Berón
Goles: ST ‘2 Testa (CH), ’11 y ’23 Petrovelli (CH) y ’26 Castagno (CH)
Amonestados: Zurlo y Giménez (GL); Escudero y Banegas (CH)
Arbitro: Gonzalo López Aldazabal
Asistentes: Nº 1 Andrés Prendel y Nº 2 Raúl Tello
Cancha: Barracas Central (Local Lamadrid)

COMENTARIO
Aprovechando las dimensiones reducidas del campo de juego de Barracas Central, Lamadrid propuso un partido que tuviera mucho de físico: apretaba en todos los sectores, ganaba la segunda pelota; para resolver en ataque desde un plan táctico que supo plasmar: anulaba la subida de Banegas con Billordo delante de él y jugaba a sus espadas con Viqueira como puntero derecho.
Sin espacios para jugar Serrano no podía convertirse en el nexo entre el medio y el ataque de Chicago; Lemos y Bochi corrían y metían, pero ese era el juego ideado por Franzoni. Solo inquietaba un poco Castagno, a la postre la figura de Chicago.
No fue extraño ver cómo se sucedían las jugadas de gol para Lamadrid, todas gestadas desde el sector derecho. Viqueira ingresó solo por derecha, remató cruzado y se fue por poco; en la siguiente, que nació de un corner a favor de Chicago, de contra Viqueira se la cedió a Ramos, tapó Gómez, le quedó a Viqueira (hasta allí una pesadilla) y otra vez salvó el “uno” Verdinegro. El mismo jugador, de cabeza, hizo revolcar a Agustín. Sobre los 22 minutos Finarolli paró dos líneas de cuatro, con Testa marcando por derecha, Banegas por izquierda; Bochi fue al carril derecho y Castagno al izquierdo.
El comienzo del segundo tiempo volvió a tener al mismo protagonista, Lamadrid, con un disparo cruzado de Ramos que Gómez pudo desviar con mucha dificultad. Tras esa jugada, un tiro libre desde la izquierda, ejecutó Serrano, anticipó Alfaro manoteó Zurlo, rebotó en el travesaño y el rebote le cayó a Testa, quien con fuerte remate abrió el marcador. La primera de Chicago fue gol y con ello terminó un partido y empezó algo distinto.
Lamadrid ya no tenía la misma consistencia, ya no le alcanzaba con presionar y pelear la segunda pelota, debía salir, descubrirse, más cuando Castagno hizo un surco por izquierda, se metió al área y ante la salida del arquero la picó para que Petrovelli, con toque corto ampliara el marcador.
Luego otra corrida de Castagno, la cruzó para Bochi quien llegó al fondo y se la cedió a Petro para que estirara las cifras. Cerrando la cuenta el premio al mejor jugador del partido, quien otra vez llegó al fondo, esta vez por derecha, un remate despejado corto por el arquero le sirvió para empujarla al gol y sellar el cuatro a cero.
Entre uno y otro la diferencia estuvo en la contundencia, las que tuvo Chicago las facturó, Lamadrid todavía se nota ingenuo.

CULPA DE LA PRENSA
Mario Finarolli, a la salida del vestuario, más allá del contundente triunfo (en las cifras finales) respondía ofuscado al periodismo partidario, a quien considera culpable de los muy buenos 45 minutos iniciales de Gral. Lamadrid. Según su opinión, nunca le pasó, en los clubes por donde estuvo anteriormente, que se informara de la forma que se hace en los medios de Chicago “no sé cuál es la necesidad de andar mostrando tanta información, qué tengo que hacer, cierro la cancha” preguntaba y se preguntaba. Esto se daba en los movimientos tácticos que tuvo que hacer para contrarrestar la estratégica posición de Gastón Viqueira flotando detrás de Banegas, como un puntero derecho “ellos sabían cómo nos íbamos a parar y nos pusieron un wing y tuve que cambiar la táctica que habíamos entrenado”. Es una manera simple de justificar un muy mal primer tiempo donde no solo se sufrió por los costados y no se puso en ventaja el “local” por la buena actuación de Agustín Gómez y la poca puntería de Viqueira y Leo Ramos. Se perdía en la segunda pelota, estaban mal escalonados, no se daban dos toques seguidos. Todo eso: ¿culpa de la prensa partidaria?
Cuando el técnico asiente “no agarramos la pelota, no ganamos un rebote”, ¿tiene que ver con la táctica empleada y descubierta por los periodistas? O acaso en sus palabras no está afirmando que el mal mayor pasó por la ineficacia a la hora de jugar “en el primer tiempo no hicimos nada de lo que queríamos”. Los mimos fueron para los jugadores en su conjunto cuando se trató de ser solidario para recuperar la pelota “a la hora de presionar lo hacen todos”, con la actuación de Damián Castagno “el Turco es insufrible” y cuando tiró un palito por el escaso juego mostrado
Ah, es difícil darse cuenta que las contrataciones de Banegas y Castagno fueron con la idea de que fueran los carrileros de una línea de tres. Si en cancha había tres “cinco” (Bochi, Lemos y Serrano) era difícil darse cuenta que Serrano iba a ser las veces de “enganche”

LA FIGURA
De un sector y del otro de la cancha lo hecho por Damián Castagno fue contundente, sobre todo se notó luego del primero gol “a partir de ahí se abrieron los espacios y como nuestra idea era jugar por los costados, como del otro lado estaba Bochi quien posee otras características, se jugó mucho por mi lado”.
Hablaba de un primer tiempo malo que tuvo el equipo “ellos presionaban mucho, jugaban al pelotazo y la búsqueda de la segunda pelota” y además la necesidad de ser protagonistas desde el principio “hay que corregir muchas cosas, entramos dormidos, regalamos media hora”. Gestor de dos tantos, sintió alivio con el suyo “me desahogué, hacía mucho que no convertía
Julio Cordara