Sin reacción. Así está Nueva Chicago.
No encuentra los resultados ni el juego mostrado en las primeras tres jornadas, es más, la caída es pronunciada y preocupa.
Esta vez fue Colegiales quien asestó el golpe en el momento indicado, en ese cuando los errores pasan a ser puntos perdidos. Y estos puntos perdidos son los que al final de un torneo te dicen qué premio obtenés.
Entre un partido y otro distan los nombres propios y los esquemas, más el juego no aparece.
Puntualmente ante Colegiales pareció haber una lectura errónea del partido. Dicho esto con el resultado puesto donde es más fácil opinar.
El esquema utilizado fue con cuatro defensores: Escudero, González, Talín y Ceratto (pareció que siempre sobró uno y hubo descoordinación ente los centrales). Tres mediocampistas: Erviti, Lemos, Domenez (la sensación que estaban muy separados entre sí y costaba recuperar la pelota y generar el juego). Un enganche: Cornejo (no cumplió lo esencial: jugar y hacer jugar). Dos puntas (Carboni con el juego de siempre de desgaste, de fabricar espacios, tuvo dos y no pudo convertir y Ruiz errático e individualista).
Enfrente Colegiales se plantó con un 4-4-2, donde sus líneas no estaban tan juntas y no se metió atrás, buscó (y lo consiguió) que la pelota transite por la media cancha.
Fue Chicago el que tuvo las oportunidades y por falta de puntería o mérito de Zarza, el arquero de Colegiales, se fue con las manos vacías. A saber: un remate de Ruiz que se desvió en un defensor y se fue cerca. Cornejo desde media distancia con el arquero adelantado, la pelota cayó en el techo del arco. Carboni por dos, primero una media vuelta tras pescar un rebote en el área y luego otra tras pase atrás de Ruiz, en ambas Zarza fue muy rápido para atorar y ganar.
Nada de la visita, así que, sin generar el juego, mereció irse ganador al vestuario. Una frase hecha en el fútbol dice que los goles no se merecen…
Líneas arriba se mencionó que parecía sobrar un defensor y que faltaba uno más en el medio para ocupar mejor el espacio. El entrenador optó por el cambio de nombres en la misma posición: Distéfano por Dómenez.
Desde el pupitre primero y desde el teclado después, tal vez lo indicado hubiese sido el mismo Distéfano pero por Ceratto, ya que los otros defensores le posibilitaban armar una línea de tres. Después fueron Pérez por Carboni y Scifo por Escudero (lesionado). Nombres por nombres, puestos por puestos
Colegiales notó que Chicago no lo lastimaba y que todo indicaba que el paso del tiempo le iba a jugar en contra, a ponerse nervioso. Así fue que se animó a mirar el arco de Agustín Gómez. Primero fue Díaz quien entrando por derecha remató cruzado muy cerca y luego, en un doble error entre Talín y González permitió que Rodríguez llegara al fondo, tocara al medio para Ortigaza, quien fusiló a Gómez. Pasaba a ganar Colegiales, iban 25 minutos, Chicago sin reacción y con los tres cambios realizados.
Tras el gol, en la única rescatable de la parte complementaria, Zarza desvió un remate de Ruiz que se metía por el primer palo, el izquierdo.
La doble amarilla para Sotomayor (37 minutos) no modificó nada más allá que Colegiales se quedara con diez. Una serie de centros sin que generasen problemas. A Chicago no se le caía una idea y el nerviosismo ya había invadido Mataderos.
Allá lejos quedó el juego, juego que necesita Chicago para volver a creer. Muy cerca (el martes) una nueva oportunidad o un nuevo martirio.
No pasó tanto tiempo entre los elogios por el juego desplegado a este presente en caída libre y ¿sin reacción?
No encuentra los resultados ni el juego mostrado en las primeras tres jornadas, es más, la caída es pronunciada y preocupa.
Esta vez fue Colegiales quien asestó el golpe en el momento indicado, en ese cuando los errores pasan a ser puntos perdidos. Y estos puntos perdidos son los que al final de un torneo te dicen qué premio obtenés.
Entre un partido y otro distan los nombres propios y los esquemas, más el juego no aparece.
Puntualmente ante Colegiales pareció haber una lectura errónea del partido. Dicho esto con el resultado puesto donde es más fácil opinar.
El esquema utilizado fue con cuatro defensores: Escudero, González, Talín y Ceratto (pareció que siempre sobró uno y hubo descoordinación ente los centrales). Tres mediocampistas: Erviti, Lemos, Domenez (la sensación que estaban muy separados entre sí y costaba recuperar la pelota y generar el juego). Un enganche: Cornejo (no cumplió lo esencial: jugar y hacer jugar). Dos puntas (Carboni con el juego de siempre de desgaste, de fabricar espacios, tuvo dos y no pudo convertir y Ruiz errático e individualista).
Enfrente Colegiales se plantó con un 4-4-2, donde sus líneas no estaban tan juntas y no se metió atrás, buscó (y lo consiguió) que la pelota transite por la media cancha.
Fue Chicago el que tuvo las oportunidades y por falta de puntería o mérito de Zarza, el arquero de Colegiales, se fue con las manos vacías. A saber: un remate de Ruiz que se desvió en un defensor y se fue cerca. Cornejo desde media distancia con el arquero adelantado, la pelota cayó en el techo del arco. Carboni por dos, primero una media vuelta tras pescar un rebote en el área y luego otra tras pase atrás de Ruiz, en ambas Zarza fue muy rápido para atorar y ganar.
Nada de la visita, así que, sin generar el juego, mereció irse ganador al vestuario. Una frase hecha en el fútbol dice que los goles no se merecen…
Líneas arriba se mencionó que parecía sobrar un defensor y que faltaba uno más en el medio para ocupar mejor el espacio. El entrenador optó por el cambio de nombres en la misma posición: Distéfano por Dómenez.
Desde el pupitre primero y desde el teclado después, tal vez lo indicado hubiese sido el mismo Distéfano pero por Ceratto, ya que los otros defensores le posibilitaban armar una línea de tres. Después fueron Pérez por Carboni y Scifo por Escudero (lesionado). Nombres por nombres, puestos por puestos
Colegiales notó que Chicago no lo lastimaba y que todo indicaba que el paso del tiempo le iba a jugar en contra, a ponerse nervioso. Así fue que se animó a mirar el arco de Agustín Gómez. Primero fue Díaz quien entrando por derecha remató cruzado muy cerca y luego, en un doble error entre Talín y González permitió que Rodríguez llegara al fondo, tocara al medio para Ortigaza, quien fusiló a Gómez. Pasaba a ganar Colegiales, iban 25 minutos, Chicago sin reacción y con los tres cambios realizados.
Tras el gol, en la única rescatable de la parte complementaria, Zarza desvió un remate de Ruiz que se metía por el primer palo, el izquierdo.
La doble amarilla para Sotomayor (37 minutos) no modificó nada más allá que Colegiales se quedara con diez. Una serie de centros sin que generasen problemas. A Chicago no se le caía una idea y el nerviosismo ya había invadido Mataderos.
Allá lejos quedó el juego, juego que necesita Chicago para volver a creer. Muy cerca (el martes) una nueva oportunidad o un nuevo martirio.
No pasó tanto tiempo entre los elogios por el juego desplegado a este presente en caída libre y ¿sin reacción?
Julio Cordara
FORMACIONES (ver video del partido abajo a la derecha)
Nueva Chicago: Agustín Gómez; Matías Escudero, Hernán González, Facundo Talín y Jonathan Ceratto; Gastón Erviti, Damián Lemos y Agustín Domenez; Roberto Cornejo; Leonardo Carboni y Pablo Ruiz. DT Leonardo Ramos
-Suplentes: Aldo Pineda, Gonzalo Rocaniere, Rodrigo Gómez y Leonardo Ramos.
Colegiales: Jonathan Zarza; Sergio Luque, Jorge Sotomayor, César Leguizamón Arce y Rubén Ratto; Gastón Díaz, Luis Zeballos, Héctor Buzzi y Diego Cisterna; Carlos Alzamora y Sergio Rodríguez. DT: Néstor Ferraressi
-Suplentes: Alejandro graner, Cristian Argentino, Elías Borrego y Ramiro Fergonzi.
-Gol: en el segundo tiempo, 25 minutos, Ortigoza (C).
-Cambios. Al inicio del segundo tiempo David Distéfano x Domenez (CH); 12´ Jorge Pérez X Carboni (CH); 15´ Sergio Ortigoza X Alzamora (C); 23´ Adrián Scifo X Escudero (CH); 38´ Gustavo Campuzano x Rodríguez (C) y 40´ Lucas Díaz Canevaro x Cisterna (C).
-Cambios. Al inicio del segundo tiempo David Distéfano x Domenez (CH); 12´ Jorge Pérez X Carboni (CH); 15´ Sergio Ortigoza X Alzamora (C); 23´ Adrián Scifo X Escudero (CH); 38´ Gustavo Campuzano x Rodríguez (C) y 40´ Lucas Díaz Canevaro x Cisterna (C).
-Incidencias: 37´ del segundo tiempo expulsado Sotomayor (C).
-Arbitro: Germán Delfino.
-Asistente 1: Gustavo Bambi. Asistente 2: Diego Barón
-Cancha: Nueva Chicago (muy buena). Público: 3.000.
VESTUARIOS
A la salida del vestuario Leo Ramos, el entrenador de Nueva Chicago dejó algunos conceptos que tuvieron que ver con la derrota y con la falta de juego “en el segundo tiempo volvimos a jugar mal, estuvimos desconcentrados y perdimos un partido increíble. La urgencia por intentar gana de local nos llevó a dejar espacios y en la única que tuvo Colegiales ganó el partido".
Siguiendo la misma sintonía, Cornejo sostenía que “nos falta convertir, eso hace que no juguemos bien y que no creamos en nosotros, yo me hago cargo de lo que me toca en la falta de generación de juego”.
Las palabras de Ervitti tuvieron epicentro en el grupo, en lo que tiene que ver con la responsabilidad “acá no hay culpas en la gente, en los dirigentes ni en el técnico, la culpa es nuestra, de los jugadores”. Cuando la pregunta busca encontrarle un por qué al gran cambio entre un tiempo y otro, sostuvo “lo único que sé es que nos quedamos con las manos vacías”.
Hubo tiempo para hablar del partido que se viene, Lemos dijo “lo vamos a jugar con bronca”, sería ideal que lo jueguen con juego. Mientras que Cornejo sostenía “no solo es ganar el martes, Chicago tiene que salir capeón, para eso tenemos que ganar muchos partidos mas”. Leo Ramos, ante el requerimiento a un comentario sobre qué se jugaba el martes, qué espera la gente de ése partido, dijo “los jugadores y nosotros sabemos qué significa el partido que viene y lo vamos a jugar como corresponde”.
-Arbitro: Germán Delfino.
-Asistente 1: Gustavo Bambi. Asistente 2: Diego Barón
-Cancha: Nueva Chicago (muy buena). Público: 3.000.
VESTUARIOS
A la salida del vestuario Leo Ramos, el entrenador de Nueva Chicago dejó algunos conceptos que tuvieron que ver con la derrota y con la falta de juego “en el segundo tiempo volvimos a jugar mal, estuvimos desconcentrados y perdimos un partido increíble. La urgencia por intentar gana de local nos llevó a dejar espacios y en la única que tuvo Colegiales ganó el partido".
Siguiendo la misma sintonía, Cornejo sostenía que “nos falta convertir, eso hace que no juguemos bien y que no creamos en nosotros, yo me hago cargo de lo que me toca en la falta de generación de juego”.
Las palabras de Ervitti tuvieron epicentro en el grupo, en lo que tiene que ver con la responsabilidad “acá no hay culpas en la gente, en los dirigentes ni en el técnico, la culpa es nuestra, de los jugadores”. Cuando la pregunta busca encontrarle un por qué al gran cambio entre un tiempo y otro, sostuvo “lo único que sé es que nos quedamos con las manos vacías”.
Hubo tiempo para hablar del partido que se viene, Lemos dijo “lo vamos a jugar con bronca”, sería ideal que lo jueguen con juego. Mientras que Cornejo sostenía “no solo es ganar el martes, Chicago tiene que salir capeón, para eso tenemos que ganar muchos partidos mas”. Leo Ramos, ante el requerimiento a un comentario sobre qué se jugaba el martes, qué espera la gente de ése partido, dijo “los jugadores y nosotros sabemos qué significa el partido que viene y lo vamos a jugar como corresponde”.
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