Rostros desencajados, miradas perdidas, voces inaudibles a la salida del vestuario visitante. Había sido muy duro el golpe más si se tiene en cuenta que que venía en levantada tras Almagro y Brown de Adrogué.
Frases cortas que intentaban explicar qué sucedió, en realidad por qué sucedió y sus efectos “nos superaron en todas las líneas, no supimos como entrarles, el resultado lo dice todo. Veníamos mejorando y tuvimos un partido para el olvido, debemos ser fuertes para salir adelante” decía Agustín Domenez, quien se mostraba con una bolsa de hielo sobre sus gemelos en la pierna izquierda.
“Demasiado duro el golpe, más abajo que esto no se puede caer” fue la primera frase de Agustín Gómez, para seguir con algo preocupante: la cantidad de veces que le llegan a Chicago por errores propios “tenemos desconcentraciones que no nos pueden pasar, hay muchas cosas por corregir. La mayoría de los goles que nos hacen son errores nuestros”
Entiende que no es momento de palabras “no nos quedan muchas cosas por decir -seguía el arquero- solo que la gente nos tenga paciencia, las ganas para laburar están, jugadores hay, nosotros vamos a poner la cara por Chicago. Somos los únicos que podemos sacar esto de donde estamos. Vamos a redoblar el esfuerzo, a empezar de nuevo para que esto no vuelva a pasar”
Tenía los ojos vidriosos como varios de sus compañeros, la impotencia de haber soñado algo mejor y encontrarse con esta realidad “es muy duro estar en Chicago y que te vayas de la cancha con este dolor”
Julio Cordara